El compost es un abono orgánico, obtenido a partir de la descomposición controlada de la materia orgánica. ¡Se trata de un producto muy estable, de olor agradable y con multitud de propiedades increíbles por el suelo y las plantas de tu jardín! Y resulta que fabricar este abono es realmente fácil y educativo… y que podemos hacerlo en casa cada uno de nosotros. ¿Lo sabías? Es una experiencia enriquecedora para toda la familia y un aprendizaje de por vida.
El proceso del compostaje se lleva a cabo a través de distintos organismos que descomponen la materia orgánica. Lo hacen comiendo, degradando y digiriendo sus células y moléculas. Estos «trabajadores» son bacterias y hongos microscópicos, lombrices, cochinillas, insectos, larvas y otros organismos que no podemos percibir a simple vista (puedes aprender más sobre la biodiversidad en el compostador en esta entrada). Así, nuestro papel se centra en mantener las condiciones ambientales ideales para que estos pequeños organismos trabajen bien. ¡De esta manera podremos obtener nuestro compuesto natural! ¿Quieres saber más? ¡Desde Casas de Colonias te animamos a seguir leyendo para ver qué sencillo es ponerlo en práctica en tu casa!
¿Sabías que con 100kg de basura podemos fabricar 25kg de compost?
Importancia y beneficios del compostaje
Dentro de todos los beneficios que podemos encontrar en esta práctica, primero queremos decir que el compostaje es un claro ejemplo de economía circular: volvemos a la tierra lo que nos dio convirtiendo nuestros residuos en nuevos recursos. Por tanto, ¡cerramos el ciclo de la materia orgánica! Y utilizando el compost resultante para abonar el suelo, no será necesario utilizar fertilizantes químicos ni derivados del petróleo para nuestras plantas, flores o huerto. Y no solo eso, sino que también reducimos nuestra huella de carbono: cómo reducimos las cantidades de residuos que van a las plantas de tratamiento y vertederos, reducimos consecuentemente las emisiones que generan el transporte y la gestión de estos residuos.
No olvidemos que el compostaje doméstico también es una práctica que favorece los vínculos familiares y los vínculos con el suelo y la naturaleza. Cuando hacemos compostaje en casa estamos educando a los más pequeños y las pequeñas para la sostenibilidad y la responsabilidad hacia los propios residuos, y además, los niños pueden aprender mucho observando las relaciones que existen entre las especies que viven en el compost. ¡Podemos tener un pequeño laboratorio en casa!
Qué podemos compostar y qué no
Para obtener un buen compuesto, ¡es muy importante saber qué tipo de materia utilizar y qué variedad! Recuerda que toda la materia que introduzcamos en el compost debe ser orgánica. Echa un vistazo a la siguiente infografía para tener claro lo que podemos compostar y lo que no. Ten presente que hacer compost doméstico no es el mismo proceso que se realiza en las plantas de tratamiento de materia orgánica industriales. En el compost doméstico no es recomendable, por ejemplo, echar restos de carne o pescado, ya que tardan mucho tiempo en descomponerse y tampoco restos de pasta o arroz hervido, que dificultan el proceso.
SÍ Materia húmeda: restos de fruta y verdura, marrón de café y restos de infusiones, restos de lácticos sin envase, restos de pan seco, hierba fresca, papel de cocina y servilletas sucias y cáscaras de huevo trituradas.
SÍ Materia seca: ramas y piñas trituradas, paja seca, tapones de corcho, cenizas, serrín y cerillas, cáscaras de frutos secos trituradas y hojas secas y flores secas (sin semilla).
NO se puede compostar: restos de carne, pescado o marisco, pasta o arroz hervido, malas hierbas con semilla, plantas enfermas del huerto, heces humanas o de animales domésticos, polvo de barrido, papel de periódico o de oficina , restos de aceite de cocina, plásticos, latas, vidrio, ropa, pilas, medicamentos, etc.
Elaboración del compostaje
Como se ha dicho anteriormente, el compostaje es un proceso natural de descomposición que dura entre 3 y 6 meses. Y es que está formado por distintas etapas y fases marcadas por temperaturas y microorganismos descomponedores específicos: la fase mesófila, que dura entre 5 y 10 días con una temperatura moderada; la fase termófila, que tiene una duración de 10 semanas aproximadamente con temperaturas muy elevadas; la fase de enfriamiento, con la que va descendiendo la temperatura del compost durante varios meses; y la fase de maduración, que dura algunas semanas y termina con una temperatura ambiente.
Para poder elaborar de una forma correcta el compostaje y que pase por todas estas fases deberemos seguir varios pasos y tener en cuenta la ubicación del compostador. Debemos encontrar el sitio perfecto para este, ya que esto influye mucho en el proceso. Deberemos tener en cuenta, pues, que debemos poner el compostador en contacto directo con la tierra, es decir, en el jardín, cubierto de sombra y con espacio suficiente para que pueda ventilarse sin problema. ¿Vamos a ver los pasos que debemos seguir una vez hemos colocado nuestro compostador?
Trituración: ¡El primer paso que deberemos dar para generar compost es la trituración! Para empezar, debemos reducir el volumen de la materia orgánica que ponemos en el compostador. Podemos utilizar tijeras de podar o biotrituradoras para triturar piñas o ramas gruesas. Este paso hará que el proceso de compostaje sea más rápido y eficaz.
Volteo: Es importante que, una vez completado el primer paso y ya con materia orgánica dentro del compostador, lo vayamos aireando y removiendo una vez a la semana. Removemos de tal modo que los componentes estén colocados de forma homogénea. ¡Si queremos podemos extraer una muestra del núcleo del compuesto para ver en qué fase del proceso está!
Control de la humedad y temperatura: El control de la humedad es muy relevante, ya que debemos tener en cuenta que el compost debe tener un 1/4 de materia seca y 3/4 de materia húmeda. Enseguida sabremos si hay demasiada humedad debido al mal olor (en este caso añadiremos componentes y materiales secos), y si hay poca humedad deberemos regar. La temperatura también es indispensable, porque esta nos hará saber en qué fase del proceso se encuentra el compuesto.
Filtrado: Una vez lleguemos hasta aquí, deberemos separar los restos del compost generado. Por un lado, es muy probable que los restos de mayor tamaño no se hayan descompuesto del todo y, en cambio, los restos pequeños ya se habrán convertido en compost maduro. Utilizaremos una criba o una herramienta similar para poder separarla. ¡El compost maduro ya estará listo para que lo podamos usar!
Extracción: Ya solo queda extraer el compost que habíamos dejado -porque eran trozos más grandes-porque ya se ha convertido en maduro.
El Vermicompostaje
Pero… ¿Qué ocurre si no tenemos un jardín con suficiente espacio para instalar un compostador que esté en contacto con el suelo? ¡Ningún problema! En este caso podemos hablar de la técnica vermicompostaje. Se trata de una técnica para hacer compost a partir de la cría intensiva de lombrices sin la necesidad de que la materia orgánica esté en contacto con la tierra del jardín. ¡Por tanto, si vives en un espacio con balcón o terraza, esta es la opción ideal para ti!
Así pues, para practicar el vericompostaje necesitaremos una caja o recipiente reciclado que podamos colocar en el balcón o terraza. Allí pondremos la materia orgánica que se produce de nuestros restos e introduciremos lombrices de tierra que, concretamente, se llaman «gusanos rojos de California» (Eisenia foetida). Estos gusanos se irán alimentando de la materia orgánica e irán produciendo lo que se llama hummus de gusano, ¡que es el abono que podremos utilizar como fertilizante!
¿Te has inspirado en el proceso de compostaje? ¿Tienes ganas de realizar más actividades DIY (Do it Yourself) en casa? No te pierdas las entradas de «Cómo hacer germinados en casa«, «Cómo hacer un huerto en el balcón y ponerlo muy bonito«, «Cómo hacer comederos para pájaros» y… conoces estas «15 acciones para hacer frente al cambio climático«? ¡Con todos estos retos te ayudamos a llevar una vida más sostenible!
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