Se trata de un salto de agua de unos 20m de caída que había sido aprovechado por un molino harinero, tal y como su nombre indica, de lo que todavía quedan los escombros. Al lado del salto hay un poco de playita y varias pozas donde nos podemos bañar relajándonos con el sonido de la cascada. Recuerda, sin embargo, que las pozas son ecosistemas delicados que hay que respetar, que no debemos dejar desechos, vigilar a los animales domésticos y seguir las medidas de seguridad adecuadas.
Para llegar, podemos dejar el coche delante del polideportivo de Vidrà y seguir la ruta circular que proponen en el portal de Turismo Ges Bisaura, con la que pasamos también por el puente románico de Salgueda y por robledales y hayedos de cuento de hadas. Justo alrededor del Salt del Molí, la vegetación es típica de bosque de ribera, con helechos, sauces, olmos y avellanos. ¡Fíjese bien porque puede que vea alguna libélula de colores llamativos!
Es una ruta muy bien señalizada, con carteles indicadores desde el principio y sin dificultad para todas las edades. Un camino maravilloso para pasar un día en contacto con la naturaleza y descubrir la magia y potencia del río. ¡Las familias que participan en las vacaciones en familia en la casa de colonias Les Codines van muy a menudo!