Es tiempo de primavera y empezamos a respirar un aire de vacaciones que nos dibuja una sonrisa. ¡Así que es posible que estemos pensando ya en disfrutar de unas buenas vacaciones! Si necesitas desconectar de la rutina y pasar tiempo con tus queridos y queridas, ¡las vacaciones en familia son una opción excelente!

¿Eres consciente de los beneficios de las vacaciones en familia? Te permitirán relajarte y dejar a un lado las preocupaciones del día a día, para poder concentrarte en la familia y la naturaleza. Además, son una gran oportunidad para crear recuerdos compartidos e inolvidables.

¿Tienes ganas de reforzar los vínculos con tu familia, estar en un ambiente tranquilo y saludable, desconectar del trabajo y conectar con la naturaleza? ¡Estamos seguros y seguras que estas 10 razones que te mostramos a continuación te ayudarán a decidirte por unas vacaciones en familia únicas e inolvidables!

1. Fortalecer vínculos familiares

Las vacaciones son un momento ideal para fortalecer los vínculos familiares, para conocernos con más profundidad unos a otros, para descubrirnos en un entorno diferente al de casa, sin prisas, nos ayuda a vernos y querernos desde nuevas perspectivas.

Los hijos e hijas van creciendo ya cada paso que dan van reafirmando su personalidad y autonomía. En vacaciones tenemos la oportunidad de estar a su lado en todo momento y acompañarles en las aventuras, aprendizajes, fracasos, alegrías y tristezas. La presencia y acompañamiento respetuoso son la base para las relaciones familiares saludables y positivas.

2. Disfrutar de actividades conjuntas

Lo más recomendable, tanto si tenemos niños pequeños como adolescentes, es planificar actividades conjuntas de las que podamos disfrutar mayores y pequeños. Esto fortalece el sentimiento de pertenecer al grupo familiar y nos aporta felicidad.

Las actividades al aire libre son ideales porque permiten infinidad de posibilidades como: el excursionismo, las carreras de orientación, los deportes de aventura, las gincanas, los juegos de noche… Los adultos nos volvemos a sentir como niños y niñas de colonias y los niños disfrutan explorando la naturaleza de una forma muy divertida, porque pueden compartirlo todo en directo con el padre y/o la madre.

3. Jugar en familia

¡Jugar en familia es importantísimo! Y durante las vacaciones tenemos la oportunidad de jugar, jugar y jugar tanto como queramos. En las casas de colonias encontraremos monitores y monitoras que nos propondrán juegos al aire libre que seguro nos sorprenderán, y por los ratos más calmados del día, podemos disfrutar de juegos de mesa.

La cuestión es poder absorber los beneficios del juego en familia: fortalecer los vínculos, aumentar la autoestima, sentirnos conectados, generar endorfinas, las hormonas del placer y el relax, divertirnos, aprender, imaginar y crear juntos, desarrollar habilidades sociales, psicomotrices o matemáticas, aprender a regular las emociones, ¡y muchos más!

4. Romper con la rutina

El cambio de ritmo en vacaciones es esencial para romper con el tempo frenético que llevamos en el día a día, atrapadas por el trabajo, la escuela, las extraescolares, etc.

Lo ideal es que nos vayamos de vacaciones en familia a un lugar donde tengamos la pensión completa incluida para conseguir hacer una desconexión total de las obligaciones diarias de la casa… no tener que pensar ni cocinar el menú diario, o poner lavadoras es de las cosas que produce mayor sensación de relax y bienestar, sobre todo a los padres y madres que tienen hijos/as pequeñas.

5. Salir de casa

¡Cambiar de escenario es un regalo!

Salir de las cuatro paredes de casa, de los paisajes cotidianos, de las calles sucias de la ciudad,…

Sólo salir de casa y relacionarnos con los nuestros en otro ambiente ya nos hace estar más relajadas y positivas. Un cambio de aires siempre va bien, y si vamos de vacaciones a un sitio en medio de la naturaleza, serán aires muy limpios y saludables.

Además, conocer otros territorios puede ser muy estimulante: entornos distintos, con elementos culturales y naturales característicos que enriquecen nuestra experiencia vital.

6. Descubrir la naturaleza

Un baño de naturaleza es reconfortante cuando nos vamos de vacaciones. Encontrarnos rodeadas de bosques, campos floridos y paisajes espectaculares nos relaja, nos aporta bienestar y ayuda a reconectarnos con la naturaleza y nuestra esencia más salvaje, profunda e intuitiva. El contacto con la naturaleza estimula la autonomía, la creatividad, el interés por aprender y la salud mental y física de toda la familia.

Cuando vamos a la naturaleza con la familia sentimos cómo desaparecen el estrés y la tensión cotidianas, cómo nos sentimos más vivas porque despertamos los sentidos en profundidad: los ojos se nos llenan de imágenes y colores diferentes, nos llegan olores nuevos, sentimos el canto de los pájaros, acariciamos la corteza de un árbol…

En la naturaleza, las relaciones entre los miembros de la familia se vuelven más fluidas, más fáciles, más positivas y alegres. Aprovechamos esto y salimos a descubrir los animales de la riera o la madriguera de un tejón. Compartir los descubrimientos y aprendizajes es crecer juntos y fortalecer el vínculo y el conocimiento que tenemos unos de otros.

Uno de los momentos más inmersivos de este contacto con la naturaleza durante unas colonias en familia es salir por la noche, después de cenar, en silencio. Sentir la negrura que nos rodea en un lugar sin luz artificial, escuchar el canto de los búhos, levantar la mirada y sentirnos pequeños bajo la inmensidad del universo. Y cogernos la mano fuerte, sin decir nada, sintiendo el calor del otro, sólo para compartir estas emociones a las que cuesta poner palabras.

7. Desconectar del móvil

Deberíamos aprovechar las vacaciones familiares para desconectar del móvil, la tableta, el ordenador, el wifi,… y disfrutar del contacto personal directo, las conversaciones, las miradas, los abrazos y la naturaleza sin pantallas ni intermediarios.

Participar en unas colonias offline, o por lo menos un fin de semana de desintoxicación tecnológica es beneficioso para toda la familia. Y si conseguimos volver a casa y acostumbrarnos a hábitos más saludables en relación con la tecnología, ¡nos llevamos un plus!

8. Mejorar la salud física y mental

Cuando estamos de vacaciones en familia en la naturaleza debemos aprovechar para realizar ejercicio físico. El deporte y la naturaleza son una buena combinación para tener un estilo de vida saludable y mejoran nuestra salud en el ámbito físico y mental. Pero los beneficios del deporte para la salud son bien conocidos… ¿y los beneficios del contacto con la naturaleza?

Cuando estamos en la naturaleza se nos llenan los pulmones de aire limpio y la mente se relaja de los estímulos estresantes de la ciudad. El esfuerzo prolongado del cerebro humano en los estímulos de los entornos urbanos son los que Richard Louv definió como Trastorno por déficit de naturaleza que afecta a la salud física y psicológica.

Hay varios estudios científicos que demuestran que el contacto con la naturaleza tiene beneficios para nuestra salud: fisiológicos, cognitivos, psicológicos y sociales entre otros. Por ejemplo, el contacto con la naturaleza puede reducir la fatiga mental y el estrés, favorecer la conciliación del sueño, favorecer la creatividad, estimular la autoestima, reducir la obesidad, enfermedades del corazón y problemas respiratorios, entre otros.

Por tanto, el ejercicio físico y el contacto con la naturaleza son esenciales para la salud de toda la familia, y las vacaciones son una gran oportunidad para disfrutar de la naturaleza con plenitud, hacer ejercicio al aire libre y ganar en vitalidad y salud.

9. Conocer otras familias

En nuestras colonias en familia se comparten actividades y espacios como el comedor. Esto puede ayudar a crear importantes vínculos y conexiones sociales con otras familias. A menudo ocurre que los niños y niñas son los primeros en romper el hielo y la vergüenza y enseguida hacen amistades. Después nos acompañan a los adultos, que habitualmente tenemos más reticencias y prejuicios, a descubrir a los demás adultos ya las demás familias.

Este descubrimiento puede que nos aporte mucha riqueza y diversidad a nuestra vida y que sea el nacimiento de amistades muy bonitas que perduren a lo largo de los años.

10. Compartir momentos inolvidables

Durante las vacaciones compartidas con los hijos e hijas estaremos nutriendo la caja de los recuerdos familiares con momentos inolvidables.

Seguro que si buscamos en la memoria encontramos fragmentos de las vacaciones vividas con la familia, si tuvimos la suerte de poder disfrutar de ellas.

No hacen falta fotos impactantes ni selfies a todas horas, sólo hace falta compartir momentos de diversión y bienestar. Los recuerdos quedarán archivados en la biografía de cada miembro de la familia, desde diferentes vertientes, cada uno construyendo su propia historia a partir de los momentos compartidos. Aprovechamos esta ocasión de nutrirnos de experiencias significativas para todos y todas.

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¡Y buenas vacaciones!

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